viernes, 15 de mayo de 2020

La peor forma de violencia es el silencio impuesto

Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.
Proverbio judío

A veces, el silencio es la peor mentira.
Confucio

Hay que guardarse bien de un agua silenciosa, de un perro silencioso y de un enemigo silencioso.
Miguel de Unamuno

Mucho de la verborragia política ha discurrido sobre un fenómeno secular en la historia de las luchas por el poder, y contra el poder: el terrorismo.
En ese debate de mutuas acusaciones, derivadas en persecuciones, frecuentemente se ha identificado el terrorismo con el asesinato y la muerte individual o masiva. Se ha andado por este camino para penalizar las diferentes formas de lucha popular. Sin embargo, se ha olvidado que terrorismo significa la dominación del terror, o sea, propagación del terror, del miedo para dominar con mayor facilidad. Esa es una de las tácticas más elaboradas y más aplicadas por el Pentágono y la CIA  en sus actividades punitivas.
Entonces, el terrorismo abarca toda clase de actividad desplegada con el sólo objetivo de sembrar miedo y generar terror en las personas, con tal intensidad que se limiten sus facultades de reacción y autodefensa. Esto, indefectiblemente, conduce a proceso de dominación más inmediato.
El informe de Amnistía Internacional sobre el estado de los derechos humanos en 2007 denuncia que los gobiernos poderosos y los grupos armados están fomentando de forma deliberada el miedo para erosionar estos derechos y crear un mundo cada vez más polarizado y peligroso
Esa línea la han seguido muchos políticos detentores del poder. Muchos gobiernos autoritarios y muchos estados represores. Por eso las sociedades han sentenciado: la primera víctima de una guerra es la verdad. En ese mismo contexto se ha demostrado que se puede engañar a muchas personas durante un tiempo o a una persona durante mucho tiempo, pero resulta del todo imposible engañar a muchas personas durante mucho tiempo.
En un marco periodístico, se plantea que silenciar una noticia, encubrirla, o simplemente decirla a medias para proteger un falso estado de derecho, es terrorismo informativo.
Los gobiernos autoritarios han tenido por objetivo los medios de comunicación, mediante diferentes medidas: 1. Acallamiento físico, 2. Persecución política a periodistas y medios,  3. Legislaciones punitivas contra la libertad de opinión y expresión, y por último, el control de la opinión mediante la cooptación de los periodistas o asumiendo la propiedad de los medios de comunicación.
No es difícil encontrar ejemplos de la aplicación de este tipo de medidas. Solo falta levantar la mirada y dirigirla un poco más allá de la vereda. Y para su constancia, vivimos en Bolivia.
En estos días, cuando en nuestro país se debate sobre el carácter del gobierno, el pueblo se levanta contra un gobierno que detenta el poder. En esta lucha se han producido enfrentamientos de civiles contra el estado y sus fuerzas represivas. El pueblo, desafiando al estado de cuarentena, sigue movilizado para lograr la dimisión de la presidente.
Para ocultar el proceso de convulsión se dictan normas que sancionan la libertad de opinión, en una de las distintas formas de pacificar las pantallas para no generar la repulsa internacional. Desde luego la muerte no genera causa penal si no se informa de ella. El gobierno trata de aplicar esas medidas para no generar el descontento de su propia ciudadanía, la política de limpiar la sangre de las pantallas o pacificar los informativos.
Someter al silencio, evitando que el ser humano denuncie el uso de la violencia en contra suya, es una de las peores formas de violencia. Si la sociedad se entera de la aplicación de algún tipo de violencia contra una persona, esa violencia cesa inmediatamente; pero si la tortura se esconde, esa violencia inhumana puede seguir sin parar hasta provocar la muerte de la víctima, y todo transcurre en la impunidad.
Esto es mucho más grave cuando fuerzas estatales de represión generan violencia contra los pueblos provocando muertos.
Cuando sucede eso, los estados, hasta por instinto tratan de esconder los hechos, para ello tratan de controlar, siempre, los medios de comunicación masiva, hasta la comunicación interpersonal tratando de suprimir la comunicación, acallando las redes sociales

¡Basta de silencios!¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!
Martin Luther king



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