Nuestra generación
no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del
estremecedor silencio de los bondadosos.
Proverbio
judío
A veces, el silencio
es la peor mentira.
Confucio
Hay que guardarse
bien de un agua silenciosa, de un perro silencioso y de un enemigo silencioso.
Miguel
de Unamuno
Mucho de
la verborragia política ha discurrido sobre un fenómeno secular en la historia
de las luchas por el poder, y contra el poder: el terrorismo.
En ese
debate de mutuas acusaciones, derivadas en persecuciones, frecuentemente se ha
identificado el terrorismo con el asesinato y la muerte individual o masiva. Se
ha andado por este camino para penalizar las diferentes formas de lucha
popular. Sin embargo, se ha olvidado que terrorismo significa la dominación del
terror, o sea, propagación del terror, del miedo para dominar con mayor
facilidad. Esa es una de las tácticas más elaboradas y más aplicadas por el
Pentágono y la CIA en sus actividades punitivas.
Entonces,
el terrorismo abarca toda clase de actividad desplegada con el sólo objetivo de
sembrar miedo y generar terror en las personas, con tal intensidad que se
limiten sus facultades de reacción y autodefensa. Esto, indefectiblemente,
conduce a proceso de dominación más inmediato.
El
informe de Amnistía Internacional sobre el estado de los derechos humanos en
2007 denuncia que los gobiernos poderosos y los grupos armados están fomentando
de forma deliberada el miedo para erosionar estos derechos y crear un mundo
cada vez más polarizado y peligroso
Esa
línea la han seguido muchos políticos detentores del poder. Muchos gobiernos
autoritarios y muchos estados represores. Por eso las sociedades han
sentenciado: la primera víctima de una guerra es la verdad. En ese mismo
contexto se ha demostrado que se puede engañar a muchas personas durante un
tiempo o a una persona durante mucho tiempo, pero resulta del todo imposible
engañar a muchas personas durante mucho tiempo.
En un marco
periodístico, se plantea que silenciar una noticia, encubrirla, o simplemente
decirla a medias para proteger un falso estado de derecho, es terrorismo
informativo.
Los gobiernos
autoritarios han tenido por objetivo los medios de comunicación, mediante
diferentes medidas: 1. Acallamiento físico, 2. Persecución política a
periodistas y medios, 3. Legislaciones
punitivas contra la libertad de opinión y expresión, y por último, el control
de la opinión mediante la cooptación de los periodistas o asumiendo la
propiedad de los medios de comunicación.
No es difícil
encontrar ejemplos de la aplicación de este tipo de medidas. Solo falta
levantar la mirada y dirigirla un poco más allá de la vereda. Y para su
constancia, vivimos en Bolivia.
En estos días,
cuando en nuestro país se debate sobre el carácter del gobierno, el pueblo se
levanta contra un gobierno que detenta el poder. En esta lucha se han producido enfrentamientos de civiles
contra el estado y sus fuerzas represivas. El pueblo, desafiando al estado de cuarentena,
sigue movilizado para lograr la dimisión de la presidente.
Para ocultar el proceso de convulsión se dictan normas que
sancionan la libertad de opinión, en una de las distintas formas de pacificar
las pantallas para no generar la repulsa internacional. Desde luego la muerte
no genera causa penal si no se informa de ella. El gobierno trata de aplicar
esas medidas para no generar el descontento de su propia ciudadanía, la
política de limpiar la sangre de las pantallas o pacificar los informativos.
Someter al silencio, evitando que el ser humano denuncie el
uso de la violencia en contra suya, es una de las peores formas de violencia.
Si la sociedad se entera de la aplicación de algún tipo de violencia contra una
persona, esa violencia cesa inmediatamente; pero si la tortura se esconde, esa
violencia inhumana puede seguir sin parar hasta provocar la muerte de la
víctima, y todo transcurre en la impunidad.
Esto es mucho más grave cuando fuerzas estatales de represión
generan violencia contra los pueblos provocando muertos.
Cuando sucede eso, los estados, hasta por instinto tratan
de esconder los hechos, para ello tratan de controlar, siempre, los medios de
comunicación masiva, hasta la comunicación interpersonal tratando de suprimir
la comunicación, acallando las redes sociales
¡Basta de
silencios!¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo
está podrido!
Martin Luther king